Todo comenzó con unas imposibles y más bien toscas sandalias de Céline cubiertas de visón teñidas de añil. ¿Era verdad? ¿Alguien se atrevía a llevarlas? Pues sí, no solo a llevarlas si no que pronto se convertirían en absoluto objeto de deseo. Fruto del
feísmo de la moda, esta corriente que se ha empeñado en alargar los bajos de las faldas, abrocharnos hasta el último botón de la camisa, adornarnos con gafas de culo de vaso y hacernos bailar entre la delgada línea del
vintage ochentero y la estética
homeless, ahora se propone hacernos llevar la tendencia
ugly también en los pies. La Birkenstock vive sus tiempos de oro y ya no es solo el campo de turistas,¡ahora las queremos tener todas! Bueno, yo no. A mi me gustan las cosas bonitas, no me gusta la fealdad a mi alrededor ni en ropa ni en muebles ni en ambientes; ¡¿cómo en mis pies!? Aunque quizás, si finalmente sucumbo, me decante por las de
Oysho má cerca del estilo
pin-up años 50 que del turista de los 90. En fin, aquí os dejo lo que nos trajo la pasarela, un par de
looks para llevarlas con dignidad y cómo lo ha traducido la calle. Ya me diréis si al final os sentís lo suficientemente guapas para llevar la "sandalia fea".
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Acne, Carven y Céline
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Chloé, Issey Miyake y Mario Schwab |
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Marni, MSMG y Rochas |
Para llevar la tendencia, mejor apostar por líneas sencillas y elegantes, dejar a un lado estampados excesivos y no mezclarla con otras tendencias como la estética deportiva si no queremos caer en el
look de turista desorientado
¿Necesitas más inspiración?
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