Este jueves participé en uno de los planes más interesantes que una puede hacer en el Madrid nocturno: asistir a un bar clandestino. Había oído hablar de ellos pero aún no había estado en ninguno (al menos en esta ciudad). Si te gustan los espacios nuevos y originales, conocer gente nueva y gozar de cierta privacidad y como no, de misterio, esta puede ser una buena opción para tu próxima salida.
La Fábrica de Jabones es un espacio multidisciplinar donde se organizan pop ups, eventos culinarios y reuniones privadas. Los miércoles y jueves de Enero han comenzado a celebrar los unas noches gastronómicas basadas en el bocadillo, cada día proponen una opción y siempre es deliciosa. En mi caso me decanté por el bocadillo cubano; pan artesano tostado, ternera asada, ensalada fresca de menta, chalotas caramelizadas, tartar de pepinillos agridulces, queso suizo y jamón ibérico. ¡Buenísimo!
Para asistir conviene reservar ya que el espacio es limitado, al llegar al local tienes que llamar a la puerta y decir la contraseña secreta. Aunque creas que estás entrando en un patio de vecinos corriente, una vez atraviesas el pasillo te abre la puerta el simpático anfitrión, que enseguida te ofrece algo de beber. Una barra improvisada, música tranquila y un mini jardín interior para tomar el aire. Y tu bolsillo no sufrirá; bocadillo y cerveza fría por el módico precio de siete euros, sin duda un plan estupendo para resguardarte de las noches de Enero con alegría. Y con misterio, por supuesto.
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